Lo que ha sucedido en Poyales del Hoyo estos días es el claro ejemplo de la división que continúa, muy a mi pesar, existiendo en nuestro país. 75 años después se sigue con rencor e impotencia por parte de unos y de silencio y vergüenza por parte de los otros, es el reflejo de la realidad de la España rural y no tanta, la España que nos sorprende y que revela y agita nuestros mayores temores hacia el prójimo, nuestra realidad social de envidias y resentimientos, de odios y rabias.
75 años de injurias y calumnias, 75 años del que dirán, 75 años del no pasaran, 75 años de paseos al sol, 75 años para nada...ya que nada se ha solucionado y seguirá lastrándonos hasta que sepamos reparar una época negra de nuestra historia, pero ¿Cuantos años más se necesitan para apaciguar a ambos bandos y hacer justicia? ¿Que se consigue con mantener en letargo este calvario? Tristemente el tiempo lo dirá, ya que ni la justicia ni la condición humana son capaces de conseguirlo.
En fin...
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