miércoles, 4 de marzo de 2015

La Crisis del Crecimiento Económico

Vivimos en una sociedad de crecimiento cuya lógica no es crecer para satisfacer las necesidades de las personas, sino crecer en una producción sin límites para la acumulación de un grupo reducido de personas (crecer al servicio de las clases dominantes); y para ello el proceso de producción y consumo debe crecer sin límites.

El crecimiento es el mantra (el solucionador mágico de problemas) que se invoca desde todo tipo de instituciones y organizaciones en nuestra sociedad. Se nos dice que allí donde hay crecimiento económico hay cohesión social, los servicios públicos se hallan razonablemente asentados, el desempleo no se extiende, y tampoco lo hace la desigualdad. Y este es el mito del crecimiento económico. Y decimos mito, porque hemos evolucionado en un entorno, en una sociedad, que no cuestiona nunca el crecimiento económico ilimitado, elevándolo así a la categoría casi de dogma o religión.

Se asocia el crecimiento a la felicidad y el bienestar y se oculta que los beneficios acaban en manos unos pocos. El PIB se convierte en la mentira estadística utilizada para encubrir sus efectos negativos. Arrasar un bosque para transformarlo en papel y madera incrementa el PIB, dejarlo intacto no, sin embargo el bosque evita la erosión del suelo y retiene el agua que nos es necesaria, por lo que su supervivencia contribuye al bienestar social.

Hay tres instrumentosfundamentales que sirven al crecimiento y que incitan al consumo:

  • La publicidad: Los profesionales de la publicidad y del marketing que, mediante la manipulación del lenguaje simbólico y al incidir sobre las carencias y los anhelos psicológicos inconscientes de las personas, logran fomentar el deseo de consumo.

  • Obsolescencia programada: Los productores de bienes y servicios en el afán de prolongar el consumo de los productos que fabrican, elaboran estrategias para que estos tengan una vida limitada, y así seguir produciendo a través de la continua renovación de estos.

  • Crédito : Mediante la concesión de dinero por adelantado (que posteriormente se ha de devolver), se pretende incentivar el gasto y el consumo de mercancías, provocando un espejismo de dinero fácil

Fuente: Decrecimiento

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