sábado, 19 de noviembre de 2011

España no es Alemania

        Un día quedan para las elecciones, y uno para la reflexión, un día interminables para acabar de una vez por todas de oír más de lo mismo, y uno para reflexionar sobre si olvidar o no lo oído. Mas promesas que no se cumplirán, al menos de momento, palabras bonitas con esperanzas rancias en los grandes partidos, recetas de gobierno, o desgobierno según se mire, que desde la transición no se han modificado un ápice...bueno algo si, ahora, los políticos nacionales ya no deciden, la decisión viene de Europa, ellos son los que dicen que hay que hacer, como, y cuando, y aquí cuán borregos, acatan las órdenes. La política nacional es una marioneta de la europea
        Llevo tiempo escuchando sin cesar comparaciones con Alemania, comparan a España con el país teutón... ¿Se están riendo de nosotros? ¿O es solo una  impresión mía?
        Hacer este tipo de comparaciones es, cuanto más, ridículo, no es comparable un país que ha sido capaz de regenerarse y recuperarse en situaciones difíciles, nada más y nada menos que de dos guerras y de un sistema comunista, con un poder inimaginable, con otro país que piensa en el “trabaja tú y nosotros te ayudamos (miramos)”
        Si cuando llegamos a la unión europea llevábamos 40 años de retraso, hoy seguimos en la misma línea, Europa nos ha ayudado a ser lo que somos, pero ¿Qué ha cambiado? no somos lo que los españoles queremos ser, somos uno más, unos títeres de las poderosas economías europeas, su lugar de vacaciones baratas de sol y playa.
        La idea de una Europa de unidad e igualdad es solo una falacia de los de arriba y un rincón de esperanza de los de abajo. Creo que no está funcionando el sistema.
        Alemania y España no se parecen en nada, lo único que compartimos es una moneda, esa que nos prodigaron como la salvación a los males españoles, esa que nos sacaría de la miseria de la dictadura, la que abriría el camino a la modernidad,  pero en vez de eso nos ha vuelto mas míseros, menos españoles y mas soñadores de ser alemanes, algo que nunca seremos, pues como es bien sabido, allí se lo trabajan y aquí te lo trabajas.
        En fin...

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